Erase un día estuve en una tienda de artículos, ropas para damas y caballeros, todo organizado y en orden.
Vi unas mujeres que iban entrando a la tienda, eran maniquíes en movimiento y no me daba cuenta, lo supe porque veía los pechos de un plástico duro, se notaba:
- ¡Ustedes son maniquíes! Dije sorprendido.
Parecía algo misterioso, solo las mujeres maniquíes eran las que se movían, sin embargo no decían nada, ni siquiera me perseguían.
Al salir a la calle no encontraba por donde irme, me sentía perdido como si todo el pueblo hubiese cambiado con muchos edificios nuevos, vi también un parque muy hermoso que jamas había visto, y donde estaba la iglesia era un apartamento muy alto y bello, todo era reluciente.
Caminaba por el parque y encontré un señor que caminaba y actuaba como un zombi. Me perseguía, sus pasos eran lentamente, y al verlo aumenté mis pasos y me decía:
- Dios mío, ¿qué me pasa? Mi mente parece que está dislocada.
Para poder llegar a casa tuve que pasar por unos rincones que aun desconocía, al punto de llegar perdía mis fuerzas poco a poco, pero seguí y llegué, casi me convertía en uno de ellos. Llegué sin problemas, ya el hombre zombi dejó de perseguirme. |