Cuando ya no te pienso,
el efecto es muy corto,
porque existo, cómplice
de esos ávidos demonios
que te encauzan hasta mí.
Como culparlos? Si fueron,
en un principio, ángeles
que depositaron tu cuerpo
en un punto de mi cama.
Texto agregado el 13-03-2015, y leído por 228
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