Inicio / Cuenteros Locales / DamaOscura / Cenizas al atardecer
No le gusta que la mire con mis ojos que dicen parecen dos cuencas vacías y sin vida. No le gusta que el cepillo adornado de esmeraldas toque las hebras que mi cabello, que según ella son sólo monticulos de paja sobre mi cuero cabelludo.
No le gusta que este frente a otros para no espantarlos con mi fealdad. No le gusta que sonría porque según ella me veo ridícula, patética.
No le gusta que acaricie las cuerdas de arpa porque según ella, haciendo eso, estoy manchando la memoria de quién tocó esas tensas cuerdas alguna vez con majestuoso encanto; nuestra madre.
No le gusta que le lleve la contraria porque según ella todas las decisiones que tomo son equivocadas.
Todos los caminos que sigo son los incorrectos.
Cada respiro que hago es erróneo.
Y le creo.
Le creo porque no hay nadie más a mi lado. Le creo porque es la única compañía que tengo y mi pecho se oprime con violencia en tan sólo pensar en su ausencia.
Siempre hay personas a mi alrededor pero aún así estoy sola, muy sola. Y no me gusta estar sola.
Al atardecer en un día festivo, cuando padre invita al castillo a innumerables personas para celebrar el aniversario de su subida al poder, el tallado de madera de mi cuarto, mi única amiga me pide lo inimaginable.
Pide que mate a mi padre.
Y le creo.
Creo que he enloquecido y mi amiga imaginaria esta tratando de forzarme a cometer homicidio.
Y surge una duda; ¿cuanta sangre inocente ella me hará derramar para estar satisfecha?
No puedo evitarlo; me deshago en lágrimas, recordando como la vida de mi madre fue arrebatada por la tía Evangeline en uno de sus tantos ataques de locuras.
Agarro los fósforos y lo encendio; incendio a mi única amiga.
Viendo como mis esperanzas de ser feliz se desvanecen en cenizas al atardecer.
Al menos ya no habrá mentiras y cada final es un nuevo comienzo. |
Texto agregado el 09-03-2015, y leído por 126
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