La noche. La luna. El encuentro casi por ceremonia de mi y ámbar con los amigos que compartíamos de infancia, de aventuras que ahora nos tienen al margen, que ahora no alternan un espacio que creemos entre nosotros, pero en el fondo sí, aquí estamos, bajo la penumbra de una noche que esconde en la oscuridad su profundad verdad, en la banca que elegíamos tan solemnemente.
Aquí, entre cervezas y humaredas se hallaban las palabras para ser compartidas y aprobadas, para ir asociando los niveles fonéticos y así alcanzar la risa, el goce, el color en el negro silencio..
Y el alcohol, que lentamente situaba su razón por el cual era de ser tomado (¿acaso no quería estar allí, con ellos?¿ no quería deambular por mi ser que tan consternado me tenia estas ultimas noches de no poder dormir bien, de no poder encontrar el sitio por donde dirigirme y que estas palabras sean escuchadas?) abría paso al misterio entre esas aguas y yo..y ámbar..
De todas formas no me encontraba disgustado, pero la noche y su misterio atravesaban una parte de mi, una herida abierta. Y ya era sabido por ambos que debíamos marchar, a la consternación, a la sombra que pisaba mis huellas (sigilosamente) para mi fastidio.
El alcohol encontró todas las de sí. Me fue muy divertido que después de habernos despedido de nuestros amigos, ámbar, haya incorporado ese (tan anhelado por mi) despojarse suyo.
La ruta cual tomábamos nos dirigió por una pasarela que debíamos cruzar con cierta franqueza de dos enamorados bajo el efecto de la noche, del alcohol que jugaba con nuestra sintaxis tan desinteresadamente, tan menoscabando en lo profundo del ser.
Entonces, toda realidad dimensional dejo de ser comprendida por ambos en esa pasarela. Nos caímos, si, muchas veces, pero la elocuencia de estar acariciando una gravitación desconocida, un aire dimensional distinto al ya comprendido, era emocionante. Hasta que de un segundo a otro vimos pasar a la sombra, que dejaba huellas negras por el cemento, que nos invitaba a seguirla con una persuasión desbordante, y la seguimos, por una especie de misterio inquebrantable, de una atracción que culminaríamos juntos, allí y para siempre..Poco a poco la negrura dibujaba aquel espacio, no podríamos descifrar que al bajar la pasarela la ciudad era la misma, no, no nos encontrábamos ahí , pero de todas formas era una ciudad, como en mis sueños, solitaria y de una negrura incapaz de abordar.
De pronto el amplio silencio se torno en un cúmulo de sentimientos desesperados, de querer volver a la pasarela (que ya no estaba) y cruzar al umbral de lo ya sabido por nosotros. Cuando de repente sentí un frió que domino por completo mis cabales, me volteé hacia ámbar y lo que vi fue a una mancha negra tras de ella y ella con los ojos negros mirándome, diciéndome que no tenia mas salida, cuando de un súbito abrir y cerrar los ojos, ella, que la había amado tanto, desapareció.
Un rayo de luz exigía que mis parpados se abriesen, para despertar y asimilar que todo fue un invento, que todo había sido una mera creación de mi inconsciente. Pero y si fue así porque estaba en esta ciudad que no conocía, porque aquí tras una pasarela y un whisky a medio tomar. por que? si del único momento que recuerdo fue de haber estado en una noche y de mis parpados cerrándose con un indudable compañía femenina y es que ahora todo volvía a una oscuridad inquebrantable de nuevo. Y el silencio, Y la luna roja que escondió al sol con la asimilación de que me encontraba en una banca con un whisky a medio tomar, todo se fue. Mi presente era un misterio al igual que mi pasado y mi futuro. Me vi como una sombra y como ámbar y como una identidad atravesada por dimensiones inexistentes. No sé. Dejo que las conclusiones las tomen ustedes.. |