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¿Así que estas dispuesto a saltar? La pregunta del negociador sonó a claudicación
El suicida había dejado de sudar.
Tras el cerco policial de seguridad diez pisos más abajo la muchedumbre dibujaba formas caprichosas, parecían una bandada de golondrinas en el cielo
-Preferiría hacerlo a solas, sin tu cara asomando por esa ventana.
El negociador sonrió
-Como entenderás eso no puedo hacerlo, ¿Qué diría la gente?, ¿Qué diría esta noche la audiencia de los telediarios que verán tu salto?
El suicida suspiró
-O sea que siempre prisioneros de lo políticamente correcto.
Por primera vez en los veinte minutos transcurridos desde que el negociador asomara su cara por la ventana más cercana a la esquina de la cornisa el suicida giro el rostro para observar el de su interlocutor, Las miradas se encontraron y los gestos se endurecieron.
-Gracias por intentarlo, pero reconoce que a ti lo único que te importa es ponerte una medallita más. Estaba convencido de que los negociadores eran más veteranos.
-Es posible, y también con más poder de convicción que la mía. ¿Tienes hijos?
-! Joder, pasa de eso ¡no intentes tocar fibras sensibles, no las hay, no ofendas mi inteligencia, ambos sabemos que te importa una puñetera mierda si tengo hijos o no. Vete a salvar otros culos que quieran ser salvados. Retírate por favor de la ventana, olvídate de las medallitas y respeta mi soledad.
En ese momento y dos ventanas más allá de la del negociador asomó su cara este humilde servidor que les está contando esta historia.
Suicida y negociador me miraron intrigados. Asome estas cuartillas y les leí lo escrito hasta aquí.
Al acabar mi lectura, negociador y suicida se miraron en silencio.
El negociador se sento a caballito en el marco de ventana. Sonrió tristemente al suicida y acto seguido se dejo caer al vacío.
Abajo la muchedumbre gritaba y se movía como nubes caprichosas,
El suicida me miraba atónito.
Le pregunte si le había gustado el relato.
No dijo nada se dejo caer como alguien que se deja caer en una piscina.
Me encogí de hombros sin entender nada y me metí para dentro.
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Texto agregado el 05-03-2015, y leído por 163
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