Eran ambos de contextura grande, Él recio y malhumorado, Ella dócil y responsable.
Nada que ver con la pareja de vecinos, menudos y tranquilos los dos.
Frecuentemente a Ella se la veía desalineada, con los ojos raros y rengueando.
Todas lo atribuían a la brutalidad de Él, pero no intervenían. Rumoreaban también que no deseaba tener hijos evitándolos de cualquier forma.
Hasta que un día Ella lo abandonó y se cruzó a la casa de sus vecinos…
Estos no dijeron ni Pío, dada las circunstancias.
Pero desde lo sucedido la dueña de la granja recoge un huevo más por día.
(Participante de Cien XVI )
Texto agregado el 04-03-2015, y leído por 329
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