Mi amada Lorraine:
Te escribo estas letras sin esperar respuesta alguna. Mi deseo es que seas felíz en la vida que has elegido vivir.
Sólo deseo hacerte llegar los pensamientos, a veces puros a veces sórdidos, que se mezclan en mi cabeza buscando respuesta a tu huída.
Solo me dejaste, solo me hayo en este nido, ahora frío, ausente tu calor, al cual dimos entre los dos formas de hogar. Solitario me encuetro ante el escritorio. Ausente mi alma vaga entre los recuerdos, por las experiencias que juntos vivimos. Hace tiempo que no sé de ella. La soledad me abraza en el lecho que compartimos, pero es fría. Los sue~os me atormentan con tu recuerdo. No recuerdo la última vez que dormí. La vida es dura sin tí, la vida es un sinvivir. Desde entonces la pesadumbre mora en mi ser, el penar es mi amante, el desconsuelo mi fe.
Sólo deseo que si algún día regresases y leyeras esta carta, si algún día te acuerdas de mí, si algún día, en fin, me volvieses a amar, entonces, ese día, ese día Lorraine, ese día... ese día comprenderás que mi vida se ha evaporado y no quiero volver al mar.
Tu ex-amado. |