Hace más de cien años me encontré una gran idea. La idea era tan buena que aguantó sobre sus hombros un magnífico cuento. A su sombra, florecieron otros relatos sin problemas y nació un libro. El éxito de esta primera edición desembocó inevitablemente en una vida dedicada a la literatura. Todas mis novelas, poemas, relatos, obras de teatro e incluso cartas a mis amigos se recogieron al poco de mi muerte en una preciosa edición en cuero azul de siete volúmenes en las que en letras doradas se lee “Obras completas”.
En el centenario de mi debut, un intrépido editor se decidió a rescatar mi primer libro de relatos del injustamente olvidado tomo cinco. Por su cumpleaños, el libro llegó a una universitaria especializada que no dudó en incluir mi primer cuento en una antología del relato español en la que trabajaba. Un aprendiz de escritor abre al azar la antología y empieza a leer distraído mi cuento. Subraya a lápiz unas líneas, cree haber encontrado una gran idea. Aún no puede sospechar nada.