A veces, cuando ando solo por los caminos del mundo, los caminos de mi vida, me doy cuenta que estar en medio de la soledad, inmerso en ese sombrío mundo al que todos tienen miedo de ir, es muchas veces genial, ya que en esa oscuridad soy el rey, y mi reinado es de uno, donde el gobernante y el gobernado soy yo.

En la soledad puedo estar tranquilo, sin ninguna molestia, muchas veces acompañado del silencio o también acompañado de los latidos de mi corazón.

En la soledad, mi soledad, mis sentimientos no andan atados a algo, pueden vagar libres a mí alrededor, sin preocuparse de lo que piensan los demás, sin preocuparse de lo que yo piense de ellos.

A veces, cuando ando solo por los caminos del mundo, los caminos de mi vida, me gusta pensar que soy un lobo apartado de su jauría, un ave muy lejos de su bandada… Me gusta pensar que el mundo es solo para mí, por que en realidad lo es. Es mi mundo, es mi soledad.