Y tan suave se le presentó la vida
que su alas rozaron sus velos
hasta dejarlos caer sin más
y una chispa de amor iluminó su rostro cándido,
remeciendo todo a su alrededor.
Y tan duro se aferró el dolor
que casi despedaza sus cimientos
hasta taladrar su ojos puros
y una chispa incandescente la encendió,
remeciendo sus frías manos.
Y tan definitivas fueron sus palabras
que resonaron por todos sus años
hasta convertirse en ley de vida
y una chispa de amor convirtió cada letra,
remeciendo sus tenues convicciones.
Texto agregado el 03-03-2015, y leído por 117
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