Tu no me conoces ya… mi nombre has oído y eso fue lo único que recuerdas desde entonces.

Con lágrimas selle un capitulo hermoso en mi vida; en el que AMOR era una palabra que nos unía más allá de las miradas y besos. (Lo que daría por volver a ser parte de eso).

Recordando voy por las calles, imaginando las cosas que hablábamos. El otoño acercándose y nosotros ya le brindábamos nuestro calor con los abrazos espontaneos, éramos envidia en cada rincón, ahora solo envidio las calles que están impregnada de tus imágenes; debatiéndonos a ver quién te recuerda más…

Me invade la psiclotimia. No hallo el equilibrio entre estar triste y feliz. No he de entender a veces que es lo que realmente me sucede; las sonrisas brotan en los colapsos nerviosos y presiento que todos ven como algo malo que lo haga, es que en los momentos más trágicos, tú imagen renace ante mí, quizás diciéndome que me calme o que ya es suficiente.
Lo cierto es que no era así, al irte también te llevaste mi razón, el motivo de seguir así… o tal vez ese estado es buscado con el solo motivo de volver a verte, que dentro de mí me digas “sigue aquí”