Desde lo lejos, la orilla y el mar
son tan solo una tenue línea.
Nada distingue el uno del otro.
Saliendo de ellos, el horizonte.
Pero es solo un punto de vista,
la realidad es de otra manera.
Ese juego de lo irreal y lo cierto,
siempre está presente en la vida,
esa celda de mil posibilidades,
que no siempre se nos muestra
tal como efectivamente va a ser.
Nos queda solo tener que hurgar
detrás de las dobles apariencias,
para no rastrear falsas quimeras.
Texto agregado el 01-03-2015, y leído por 233
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
01-03-2015
pero esa doble apariencia también nos salva... Un abrazo sheisan
01-03-2015
De noche todos los gatos son pardos... No todo lo que relumbra es oro... Buenas reflexiones. Tienes razón: hurguemos tras las dobles apariencias. Un abrazo Clorinda
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