Un trato de crueldad amasada,
por dedos sordos,
gruesas gotas de sangre
forman mar y huracán.
Aquellas piernas agiles,
que se exprimen por el campo,
desdobla lo inmóvil de la naturaleza
el sol es navaja,
junto a mi, mi cabeza
un escondite con miles de puertas
ahogarme en este martirio de pensamientos.
Casa solitaria,
isla de cyteres que explota
que choca en contra del mar,
me arrodillo y me arrastro por encima
entierro mi cabeza para probar
el corazón de la arena.
Texto agregado el 26-02-2015, y leído por 113
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
26-02-2015
Lo encuentro un poco criptico. Buen texto Felissa
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