La caridad
de dar tanta miseria
en un jardín
que el viento derribó.
Tanta vid derramada
en sus raíces
penetrando
en las manos agrietadas
como gastadas hojas
escapando
por los agujeros que dejo
la caridad
de dar tanta miseria
y ninguna intención
desabrochando
el sostén de los recuerdos
acariciando el presagio
que invade sin piedad
al olvido
marcándote el camino
del adiós
del desierto
del verdugo
y su espera silenciosa
y la caridad
de dar tanta miseria
te dejo calcinado
en una tormenta
sin agua...
Texto agregado el 02-09-2004, y leído por 183
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
08-09-2004
zanjando asuntos... ni títeres ni cabezas. loselefantessoncontagiosos
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