La carta de los 13
A 40 años del golpe de Estado contra el gobierno constitucional del presidente Salvador Allende en Chile, volvió en algunos personajes y personeros este afán ajedrecístico de hacer enroque y cambiar su posición respecto al Rey, pero por sobre todo frente a la historia.
El Gobierno Popular de Allende fue elegido con un 36% de los votos, y casi 3 años después del triunfo, en las elecciones parlamentarias de marzo de 1973, la Unidad Popular obtuvo el 43%, con desabastecimiento, colas, huelgas, bloqueo económico de Estados Unidos, paro de la casta de los mineros del cobre, etc. etc.
Tras el golpe militar, fueron sólo 13 los militantes democratacristianos que venciendo el miedo y motivados por su dignidad cristiana o ciudadana, firmaron una declaración pública de rechazo al golpe de Estado. Sólo fueron 13.
Hoy, a casi 42 años del golpe en Chile, y a 13 años del intento de golpe en Venezuela contra Hugo Chávez, las elecciones parecen seguir siendo un camino muy riesgoso para los opositores a gobiernos de izquierda, y su financista Estados Unidos. El cuadro de desabastecimiento, colas, bloqueo comunicacional, declaraciones de ilegalidad, campañas mediáticas y financieras para desestabilizar el gobierno de Nicolás Maduro es idéntico al chileno de 1973.
Seguramente los militantes democratacristianos de hoy mantienen deudas, ya sea con Rafael Caldera, o con su aliado Estados Unidos. Es lo único que podría explicar su alineación para desestabilizar el régimen de Maduro. La aparente defensa del alcalde Antonio Ledezma, que pareciera ser que por su condición de alcalde no está sometido a las leyes, ni pudiera ser juzgado por conspiración contra el régimen constitucional, va más allá de un acto de solidaridad cristiana o humanitaria. Es sumarse a la conspiración contra un régimen legal y constitucionalmente nombrado, y peor aún, incitar al golpe de Estado en Venezuela.
Cuando aún estamos a tiempo de actuar con dignidad y respeto. ¿Cuántos son los que piden la cabeza de Maduro así como pidieron la de Allende?
¿Cuántos son los que no se pronuncian, esperando los hechos consumados, para después firmar una carta contra el golpe de Estado?
¿Cuántos? |