Estaba en un centro de formación llamado: Casa de Formación San Lorenzo de Brindis, Mandinga, Santo Domingo. Era una convivencia de tres días con jóvenes franciscanos.

Un día sábado, una noche eran las cinco de la madrugada, había escuchado el ruido de una puerta como si alguien la hubiese tocado. Luego era el chillido de una mesa arrastrada. Solo yo lo oí, todos estaban dormidos, dormí en una habitación con uno de mis compañeros, separados.

Una voz me llamó por mi nombre. La voz sonaba suave y al paso, como si fuera de lejos:

- José

Llegó a mis pensamientos que era el Señor quien me llamaba, tocaba a la puerta y arrastraba la mesa, y le pregunté:

- Señor, ¿qué quieres de mí?

Me levanté en ese momento, abrí la Santa Biblia y me salió el libro del Profeta Jeremías, capitulo 2, versos del 9 en adelante, donde hablaba sobre el ''Proceso contra Israel'', además también; ''Consecuencias de la infidelidad de Israel'' y la ''Rebeldía de Israel''.

Después de haber leído esos pasajes bíblicos, me acosté y dormí tranquilamente. Al poco rato soñé que estaba en una iglesia grande casi reconstruida, junto con el obispo emérito Monseñor Jesús María de Jesús Moya, quien iba a presidir la Santa Eucaristía.
El coro era un coro conocido... me di cuenta que habían cantado una canción no cristiana, parecía de novela, nadie se dio cuenta de esto, solo yo. Se lo decía a mi madre y no me lo creía, pensé que no estaban en Dios, solo pensaban en el materialismo.

Conté el relato a los hermanos Frailes que me daban la formación.