La memoria hiere los ojos
desangrando
le pone nombre a los malditos miedos.
Me besaste los ojos
y caí ilusionada
me dijiste te amo
y se me voló el corazón…
…aún no sé cuando fue que paso
por vez primera…
puta fue el rugido de tu boca
que me cortó los ojos un día
y me desangro el alma
y el amor… huyó de pronto
¡puta me dijiste!
frente a los hijos
y mi garganta fue río
de piedras secas
raspándome con dolor
y los ojos tristes de los niños
fueron dagas
y me sentí culpable
(¿de haberte amado?)
y sellé mis labios
y me mentí
y les mentí
te justifique mil veces
pintando una hipócrita sonrisa
callé por ellos y por cobardía
mi corazón muerto desde ese día
que me dijiste puta… frente a ellos
mi piel dejó de sentir
aún tus patadas de frustrado
y tus manazos que ya no dolían
y a puta siguió
una letanía balsfémica florida
y más golpes
……………….más
……………………………..más
Mataste mi alma a palos
mi pecado fue a-mar
a ti
la persona equivocada
los pájaros blancos de mis sueños
agonizaron mi veces
junto a la niña desvalida de mis miedos
que atolondrada sólo se evadía
la vida fue un infierno de sangre
fertilizado de ti: ¿hombre?
Y el sol fue un coagulo frío y gris…
recibía tus caricias en puñetazos
palpaba las heridas con sus ojos
y me maldecía y lloraba
mil veces en silencio
siempre en si-len-cio
en el espejo
las imágenes de rostros tumefactos
se reían burlonas de mi
me gritaban tonta
¡Esa no era yo!
Pero sí, lo era.
Y eran mis ojos grandes
dos manzanas moradas
y mi boca se engalanaba
con flores bermellón
que explotaban líquidas
y eran todo mi cuerpo
un rosario de cardenales
no, no era yo la del espejo
y mi voz huyó con mi alma
y desde entonces flote ausente
flote
¿amor?
Flote hacia mi maldita muerte suicida
hasta cerrar la puerta a la pesadilla
en que se convirtió contigo mi vida
y solo llore en mi agonía
por las pequeñas almas
que también marcaste con tu furia.
Una campana tañe grave
y paladas de tierra me visten:
¡No!
Yo no soy esa que reposa en camposanto
soy esa a la que alguién prometió amor un día
¡no soy esa, señor dime que no!
que aún quiero ser la madre
de mis hijos
¡señor dime que no soy esa!
que desciende acunada en la tierra
¡dime que no!
® Príncipe Negro.
© México; noviembre 25 del 2007.
Nota del autor:
Estas letras están dedicadas alas mujeres que sufren, han sufrido violencia intrafamiliar.
La violencia física y/o psicológica deja secuelas muy duras en el cuerpo y en el alma, difíciles de sanar. Y a veces llegan a extremos suicidas.
Nos corresponde como sociedades sensibilizarnos a la problemática y resolverle. Debemos exigir ya los cambios legislativos y operativos de facto, que protejan realmente las mujeres en situación de violencia.
Endurecer las penas para el agresor, dar asesorías legales y ayuda médica, psicológica y asistencial, en le marco jurídico, a todas las mujeres que pasen por esta situación. Poner un alto real a estos agresores.
Como sociedad también debemos de cambiar, la manera de pensar.
No censurar y juzgar a priori a las mujeres víctimas de violencia
desterrar de nuestra forma de pensar:
“el se lo merecía”
“algo habrá hecho”
Ningún ser humano merece ser violentado en sus derechos humanos, ninguno,
En México, 47 de cada 100 mujeres mayores de 15 años que viven con su pareja en
el hogar, sufren violencia emocional, económica, física o sexual por parte de su compañero u esposo. (Fuente INEGI).
Gracias por leer.
Un saludo desde México.
|