No se si el tipo era joven, o anciano. Traía puesta una gabardina y un sombrero a lo Humphrey Bogart que me impedía verle la cara, pero caminaba con ligereza.
Atravesó la calle en dirección mía y sacó el revolver para ponerlo entre mis cejas, me tendió la nota con la otra mano y sin decir palabra, guardó la pistola y regresó por donde vino, dando la espalda con la seguridad de que yo no haría nada.
Usted perdonará la pestilencia, pero la experiencia me produjo una diarrea incontrolable, y no quise ir hasta la casa; cerré el kiosko y me dirigí aquí para que me ayude a pensar que debo hacer. Aquí clarito dice que si voy con la policía, yo seré el próximo, me animé a venir a contarle por que estoy desorientado y usted es muy inteligente.
Yo nunca le he hecho daño a nadie, ¿por que me habrán escogido a mi? ...ni siquiera tengo un arma para cumplir el cometido...¿que hago, Don Ruy?
Ya sé que el muy perro se lo merece, que ha mandado matar a miles y que nos tiene sumidos en la miseria, que es responsable de mucho de lo malo que nos pasa, entiendo que para la gente como yo, seré un héroe; pero no puedo, Don Ruy, yo nunca he matado a nadie....¿ para que quiero esa escopeta?... sí, va a pasar po la esquina del kiosko, pero yo solo soy un expendedor de revistas...¿ a la cabeza?... usted cree? viviré para siempre?... soy la mecha?...pero que hago luego ....pues sí, mejor me doy un tiro, si no; lo que me espera... está bien don Ruy, me convenció y solamente porque usted ha sido como un padre para mi... me enfrentaré con el destino y entraré a la historia de mi patria...¿puedo dormir aquí?...presteme unos pantalones que estoy todo apestoso!!...¿ como se usa esto? nadamás le aprieto?... está bien...si usted lo dice es porque debo hacerlo...hasta mañana don Ruy... |