Porque en cada encuentro de tus manos
no me puedo separar de ellas
tras dejar tus pasos cual estela sobre el mar
rumbo a la estación de trenes.
Mis manos vacías te extrañan
como si una parte de ellas
se hubiera desvanecido súbitamente.
Tus ojos cual faroles
de una calle desdibujada por la penumbra
me ciegan con su dulzura
y tras unos segundos de intensos destellos
me muestran el camino a tu corazón esquivo.
Tus labios de rubí me palpitan
con la sangre de tus palabras,
que dubitativas y frágiles
me dicen adiós a lo lejos.
Texto agregado el 20-02-2015, y leído por 112
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
20-02-2015
*****Me mostraste la otra cara de la luna. Solo_Agua
20-02-2015
encantador poema yosoyasi-
20-02-2015
Buen texto, esas despedidas dan para harto FELISSA
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