Vuelan volutas visibles vanamente
Del verdadero rostro que tenía antes de nacer.
Vuelan y son libres flotando variopintamente abigarradas ante la nocturnidad creciente
De un poema relativo a las cosas neutras de una nube en mezclilla subiendo serena
Y abarcando eones circunflejos y pluscuamperfectos de satoris incendiarios
Antes de presentarse ante la autoridad competente.
Un ruiseñor palpita entre sombras y aladares con una comunión mística
Regada regularmente con vodka y sauerkraut y aliñada con hastíos comunes
De motoristas insensatos que ruedan como las manecillas de millones de relojes arrojados
Por un infante esquizofrénico que juega a ser dios esperando triturar momentos angustiantes.
El viento sopla y ulula y no es el instante oportuno, ni ahora ni nunca
Queda, pues, volver a barajar.