Aquel día era domingo cuando fui a misa, eran las nueve de la mañana.
Escuché la homilía de nuestro reverendísimo Monseñor Fausto Ramón Mejía Vallejo, que dijo:
- Preguntemos al Señor; Dónde quieres que te sirva, Señor?
Estas palabras la había tenido muy guardada dentro de mi corazón.
Al otro día vine delante del Santísimo y le pregunté a Dios la misma pregunta de aquella homilía:
- Señor, dónde quieres que yo te sirva?
El Señor me respondió:
- Quédate sentado, ahí mismo donde estas y reflexiona.
Desde ese momento me quedé con el Señor, lo contemplaba...
Texto agregado el 12-02-2015, y leído por 98
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Lectores Opinan
12-02-2015
Ahora entiendo porque hay tanto haragán en el mundo... sigfrido
12-02-2015
AMEN yosoyasi-
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