Una mujer desnuda me seduce con su desfacharez , me seduce porque es anciana, porque es inocente , baila mientras observa la televisión y es de Lima.
Hoy en mis jornadas de abogado independiente, he caminado lejos de la capital, entre el polvo y el descontento, he visto un perro muerto, una gallina muerta, tres gatos sedientos y garrapatosos cerca a la avenida "Husáres!. He visto también a esa mujer que desnuda me invita a comer un plato de arroz con papá y huesos de pollo a la brasa.
Yo le digo que "No, Señora mía, no quiero" y ella , espantada por la negatividad, me dice "Come, !carajo!" y yo reducido a cenizas, por las noticias, por el tiempo, por la situación, por mi precariedad le respondo "Qué no!, !qué sea educada!".
Entonces esa mujer desnuda, anciana, llena de piojos y malhumorada, se acerca a mí y coge su pecho y me repite al oído que coja la comida porque si no "No soy de Lima", porque si no "No conozco la calle", porque si no "Soy un desadaptado".
Entonces seducido por su naturalidad por su desnudez, por su imperiosa forma de convencer, me siento a su costado y la observo y le digo "Tranquila, Señora mía, todo pasará".
En ese instante, saca de su bolsa un gatito soñoliento, un gatito sediento y lo bota y yo desesperado lo cargo y me alzo y corro y compro leche y me subo a un taxi y lo llamo "Villasol" porque lo encontré por ahí...y a lo lejos la sigo escuchando...gritando...blasfemiando..y yo digo "Qué algo todavía puedo hacer".
Giovanna |