Atrapado en la red de tu dulzura
condenado estoy a tus abrazos,
disfrutando este amor que paso a paso
tú me entregas en momentos de locura.
Preso soy de tus caricias y de tus besos
de esa forma tan distinta de tu ser,
que mayor felicidad y embeleso
considero que no puedo ya tener.
Es tu amor como un bálsamo bendito
que penetra dulcemente por doquier
cuando estoy junto contigo te confieso
que me siento extasiado de placer.
Con tu boca, con tu piel y con tu aroma,
con tu pelo, con tu risa y con tu andar
es difícil que un mortal no se enamore
o se incline ante tu porte angelical.
Condenado por el resto de mi vida
me tendrás prisionero a tus antojos
pues no hay nadie que me brinde como tú la dicha,
de verme reflejado
en la negra transparencia de tus ojos.
Alberto Vásquez.
Texto agregado el 10-02-2015, y leído por 237
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