La medida adoptada por el gobierno dió que hablar, pero después de todo, ya estaba tomada. Desde aquel día toda persona que haya cometido un delito, o que lo cometiese en el futuro, sería declarada un peligro para la Nación y sería eliminada por un grupo selecto de personal de la policía federal llamado “Agentes de Masacre”. Los delitos que serían juzgados con la muerte serían: hurto, robo, violación y homicidio. Solo se llevarían a la cárcel aquellos delitos menores, como por ejemplo, destrucción de propiedad.
Así fue que el primer día después de tomada esta medida hubo un saldo de cien mil muertos. El segundo día se le sumaron doscientos mil muertos, y el tercer día la cifra aumento de trescientos mil a medio millón. Había llegado a la segunda semana de adoptada esta medida y de cuarenta y cinco millones de personas que habitaban la Argentina, solo quedaban veinte millones. Ya no había gente que matar y el líder de los “Agentes de masacre” salió a hablar en público en plaza de Mayo, justo en frente del Cabildo. Barranco se hacía llamar. Comenzó diciendo que habían hecho un bien y que la medida era justa para todos. Yo nunca estuve a favor de esta medida pero ¿Qué podía hacer en contra?
Lo extraordinario empezó cuando un periodista le preguntó: “Pero si usted también asesino, no importa que haya sido una medida tomada por el gobierno, ¿No debería ser asesinado como los demás?”. Ahí se oyó el primer disparo que pegó justo en la frente de Barranco. A este disparo le siguieron cientos, La plaza se torno un campo de batalla y el Cabildo era el fuerte.
Todos los Policías entraron al Cabildo, y todos los que querían matarlos tomaron posesión de la Casa Rosada, situada justo en frente del mismo. El primer día de batalla terminó así, cada bando por su lado ideando un plan. La diferencia estaba en que el Cabildo no es un lugar para albergar a mil hombres, entonces los primeros en actuar fueron los Agentes de Masacre, cabe decir que en realidad no todos los policías estaban de este bando, había cientos de policías que no habían querido adherirse a la medida tomada por el gobierno y aprovecharon la oportunidad para unirse al bando contrario.
Justamente el bando contrario a los Agentes de Masacre, se hacía llamar “Exterminadores”. Volviendo a la situación de que los Agentes atacaron primero, cabe decir que eran una quinta parte de los exterminadores, pero tenían mejores armas. Apenas salió el sol del segundo día, los agentes salieron hacia la Plaza de Mayo. Aquel grupo se dividió en tres, unos que fueron por la izquierda, otros por la derecha, y un pequeño grupo de seis personas que se escondió detrás de la Pirámide de Mayo situada justo en medio de la plaza. Al llegar los dos primeros grupos casi a cuarenta metros de la Casa Rosada, aparecieron unos quinientos hombres Exterminadores por las calles aledañas y aprovechando la sorpresa de los Agentes comenzaron a disparar con todo lo que tenían, desde pistolas hasta ametralladoras...

Continuará