Cansado, sin esperanzas,
nace el hombre y luego anda.
Anda sin saber su rumbo,
anda y luego se desanda.

Cuando cree que está cerca,
algo le indica que no.
Y vuelta a andar por la vida:
no es eso lo que él pidió.

Rayos de amor lo iluminan
y lo animan a seguir.
Mas cuando desaparecen,
vuelve a andar, vuelve a sufrir.

En tanto, la Parca espera:
sabe bien que llegará.
Cansado, sin esperanzas.
Como vino, así se irá.