Es un relato antiguo, el árbol, el agua, el viento,
La luna y entre todo eso, estás tú, como aquel astro
Que mira a otra parte, y yo como terrestre, contemplo
Tu brillante luz de distraída.
Un rio negro que cae en cascada, rompe entre tu pecho,
El hondo mordisco de un vapor de lluvia
Gris, la brisa fresca en tu mirada.
No pregunto nada, me quedo con el silencio,
No conozco nada, y así lo prefiero,
Así tenerte a distancia, sin poder escuchar tu voz.
Y como aquel horizonte,
Que no quiero perder, te veo, desde lejos,
Te encierro en mí y no digo nada.
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