Cuando comenzamos nuestro camino juntos
veíamos los obstáculos, las piedras,
las hondonadas, las subidas y bajadas,
que iban a entorpecerlo...
Poco a poco fuimos superándolos,
cada hito marcó nuestra senda,
algunos fueron fáciles, otros no tanto,
pero seguimos adelante...
Al cabo del tiempo,
nos encontramos en una meseta,
ya no veíamos más obstáculos,
ya la meta estaba a nuestro alcance...
Pero, nuestro camino,
que en un principio se inició
agrupando los dos nuestros,
dejó de ser algo compartido...
Tú, seguiste el tuyo,
yo, aunque me resistí,
me ví obligado a ceder
y a retomar el mío...
Espero que en algún momento
ambos coincidan nuevamente
y que juntos lleguemos a la meta
para disfrutar un poco nuestro tiempo...
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