Tan blanca como la nieve de mi pena fría
te encuentro tan sin calor
tan sin estar en ti
que mis lágrimas,
tan frías,
azules,
se rompen al golpear tu mármol frío.
Un rayo blanco de la luna fría,
luna pequeña,
luna mía,
señala a tu alma frígida
el hueco en mi cama helada
en la noche fría,
oscura y alba,
cerrada, vacía.
Eres bienvenida,
mano amiga,
cálida,
boca de naranja,
hálito de vida,
de pechos tibios y oferentes,
vientre palpitante,
que me quema,
y piernas atrapadoras,
liberadoras de mi deseo...
Me gustan las flores regaladas
no me gusta que me regales sexo fácil
y menos...
... mucho menos...
...que me castigues sin flores.
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