No es fábula
pero haré hablar al animal
porque si no
no me sale el texto.
Largos años ocultos vivió el escarnio
de esconderse para adorarse
con otro que no era igual a ella.
Su amante
recibió en la barda
sombrerazos y golpes
y gritos y zapatazos
para que callara
sus gritos más desaforados.
Ella
sólo mordía el hueso
más fuerte
con los ojos cerrados.
Eran uno solo en las noches con luna
y compartían albóndigas y pasta
para recuperar carbohidratos y las fuerzas
y así.
Se llamaba Fufi
y cuando sus hijos nacieron
todo el mundo se enteraría:
ella y el gato
cogieron un ratón
y se divirtieron con la presa.
—Ay amor ¿qué haremos?
dijo Fufi en voz alta
cuando vio salir a los mininos
de su panza.
Pero el gato ni le contestó.
No fueran a cobrarle la pensión
alimenticia.