Se acerca el 14 de febrero, día en que se celebra el amor y la amistad, pero que debido a los abrumadores mensajes de la mercadotecnia capitalista actual, muchos tienden a creer que lo único que se festeja es el amor romántico y carnal, relegando la amistad a un muy segundo (casi terciario) plano. Ahí vemos los restaurantes y cafeterías abarrotados de parejitas degustando viandas y bebidas, dándose ricos besos en la boca y charlando acarameladamente mientras se intercambios todo tipo de regalos, pues así lo dicta la tradición. Sin embargo, los amigos no pueden citarse a sus anchas en tales sitios para felicitarse por un año más de fraternal relación y platicar de sus vivencias juntos; pues dicha cosa no es muy bien vista, al interpretarse que tales personas están juntas porque son uno(a)s perdedores que no se han conseguido un(a) novia(o); o bien, son una pareja gay que está saliendo del closet socialmente. No obstante, ahora yo, para reivindicar socialmente la amistad (y quizás también por motivo de mi más reciente rompimiento amoroso) utilizaré las letras para expresar por qué, en muchos puntos, una amistad sincera es mejor que una relación romántica…
Uno de los puntos por los cuáles una amistad verdadera (y especifico verdadera, porque también hay amistades superfluas y convenencieras que sólo están contigo por sacar algún provecho de tus cualidades o situaciones ventajosas) es que, en ciertos momentos, es más sincera y desinteresada que un noviazgo. Verán, un amigo honesto no siempre te pide regalos costosos, cenas en restaurantes de alta categoría ni determinados encuentros sexuales cada determinado tiempo; muchas veces sólo te demanda un poco de tu tiempo para platicar abiertamente contigo de lo que le aflige en un lugar indistinto o, sencillamente, se conforma con verte unos momentos, charlar, y saber que tú también lo apoyas del mismo modo que él/ella a ti. Te demostrará su cariño de maneras más sutiles, pero quizás más provechosas y sorprendentes que las que tu pareja lo haría. Lo que sí es que siempre te verás obligado a serle fiel, porque una traición no será tan fácilmente perdonada, a diferencia de muchos otros novios que se ofenden, agreden y engañan a cada rato sin que aparentemente “nada” pase entre ellos. No requiere mucho de la hipocresía, y se pueden expresar más fluidamente los sentimientos y emociones, de tal modo en que se es más franco a la hora de hablar de los defectos que le molestan a uno del otro, aunque también se puede abordar tales temas de una forma que resulte menos hiriente para el “ofendido”. Y, otro asunto importante, es que muchos de tus amigos reales llevan más años contigo que tus novio(a)s, y por ende te conocen mejor, así que saben qué te agrada y desagrada, como hablar contigo de algún aspecto sin que te sientas incómodo o presionado y no están dispuestos a obligarte a llevar a cabo algo de lo que no estés convencido del todo; cosa que muchas de tus parejas no pueden presumir, en particular si quieren tener sexo constantemente y tú no. Los amigos de verdad son capaces de anteponer tus intereses a los suyos, pues la amistad que ambos sostienen es una de las cosas más valiosas que hay para ellos y no la arriesgarán por cualquier rencilla o discrepancia, lo que no cualquier relación amorosa se jacta de ostentar…
Con esto no quiero decir que la amistad es mejor que el amor, porque también el amor sincero es una de las mejores cosas que le pueden suceder a un ser humano cualquiera (me consta), pero mi propósito principal es redimir a la ninguneada amistad en su día del año, y que por cuestiones mercadológicas, ha sido empañada in extremis por el único sentimiento que nos hacen creer que existe: el amor romántico, erótico y consumista que te obliga a gastarte toda tu quincena…y claro que no es así, al menos no para mí y mis muy estimados amigos, con los que he compartido grandes momentos y con los que quiero estar muchos tiempo más…Esto, muchachos, está dedicado a ustedes, y no olviden que ¡los quiero!
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