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Crónicas de mis primeras Olimpiadas de Física


El lunes 30 del mes de agosto tuve la oportunidad de asistir a las olimpiadas de física. La motivación no mermaba de mis adentros, pero debido a la próxima salida de mi establecimiento educacional ésta era mi última oportunidad para participar en un evento de este tipo, razón por la cual acepté la invitación.

Al llegar al colegio todo parecía normal, eran casi los mismos individuos que habíamos participado en las olimpiadas de matemáticas tres días atrás. Jamás me imaginé lo que iba a pasar. Yo, un despistado cualquiera, no sabía donde se realizaría esta competencia. Así que me sometí a la suerte de la instructora.

Era hora de emprender el viaje y luego de constantes re-reacomodamientos logramos sentarnos incómodamente siete personas en el pequeño bólido de la amable profesora. Comenzamos el viaje y mi sorpresa no era menor al darme cuenta que a trescientos metros de haber comenzado el trayecto éstos se pusieron a hablar de física moderna, a discutir temas que no tenían porqué saber y a disparar fórmulas raras que jamás había oído. Si el viaje hubiera sido corto no sería mucho el suplicio. Pero veía que nunca llegábamos y pregunté cuál era nuestro destino, a lo que fui respondido con una voz al unísono que me decía “A la Universidad de Playa Ancha”. En mi interior escuchaba un grito que decía: “ ¡Nooo!!”.

Estábamos en Valparaíso, cerca de la aduana y la profesora dijo: -podríamos subir por el hospital psiquiátrico. A lo que pensé que no sería malo hacer una escala y dejar a alguno de estos seres en aquel hospital.

Luego de largos minutos llegamos a la famosa universidad de Playa ancha, ésta vestía un inusual empapelado con consignas como “la lucha sigue”, “Allende estamos contigo”, “Izquierda unida: UPLA” y otras similares. La maestra se bajó del automóvil a preguntar si ahí se realizaría la actividad, siendo respondida con una negativa. Malas noticias: nuevamente había que desafiar la capacidad del coche y escuchar conversaciones barnizadas con un sinfín de descabelladas ecuaciones matemáticas, para dirigirse finalmente a la facultad de ciencias de la UPLA. Nuestra equivocación no distaba mucho de donde nos encontrábamos, así que no tardamos mucho en llegar.

Una vez allá dirijo mi mirada a la fachada: nuevamente su piel se encontraba con tatuajes aludiendo a Salvador Allende, la izquierda revolucionaria y otros similares. Fue entonces cuando observo a mi alrededor y como respuesta inmediata mis manos comienzan a cerrar cada cierre de mi mochila y a revisar si aún se encontraba la billetera y el teléfono móvil en mi bolsillo; gracias a Dios sí.

Cuidando cada una de mis pertenencias me decido a entrar, dos metros más allá de la puerta se encontraban unas mesas con algunas damas vendiendo kutchens. Insólita situación, fue entonces cuando veo que estaban rodeadas de carteles y cartulinas que protestaban por no sé qué historia, pero supongo que tendría que ver con todo el cachivache que tenían armado afuera.

Seguí caminando, observando la universidad, las paredes estaban que se caían, el pintado era deplorable, las cañerías estaban a la vista en la pared, los cables colgaban por cualquier parte; era como si a los maestros constructores no le hubieran realizado la fiesta de tijerales y éstos se hubieran desquitado descuidando cada detalle con tal que enfeara la universidad, parecía un consultorio público en muy malas condiciones. Me causó bastante risa que nos mostraran la universidad en ese estado, porque se supone que el hecho fundamental por el cual nos llevan es para publicitar la universidad. ¿qué clase de promoción es esa? A mí no me llamaba mucho la atención esa universidad, quizás porque queda a más de una hora de mi casa o no sé, pero ahora sí que jamás estudiaría en esa universidad.

Nos llevaron a casi cien personas en una sala relativamente pequeña en estado compromisorio donde había asientos para la mitad de las personas. Ahí nos explicaron lo que debíamos hacer y que nos iban a separar en dos grupos.

Fui escogido en el segundo grupo y mientras esperábamos a no sé quien que nos llevaría a otra sala comencé a hablar con un alumno del Seminario San Rafael. Risa me causaba porque se parecía físicamenta a mí, parecía simpático, se reía bastante pero al preguntarle por si conocía a una amiga que seguramente era compañera de él me dijo que no sabía. ¿Cómo?, Sí, no sabía. Le pregunté que cómo es que no sabía si era su compañera. Y me contó que luego de siete años recién en octavo año básico comenzó a aprender algunos nombres de sus compañeros y ahora en tercero medio se sabía los de sus amigos nomás. ¿Acaso no escucha la lista todos los días?, parece que no.

En la sala nos explicaron nuevamente las instrucciones, no era más que lo que hemos escuchado cientos de veces al año: póngale nombre a la hoja, lean atentamente cada pregunta, no miren para al lado, entre muchas otras. Al dar vuelta la prueba era como si me hubiesen pasado una prueba en arameo, era indescifrable cada término. Quise entregarla de inmediato, pero la vergüenza me ganó. Fue entonces cuando decidí comenzar a hacerla.

Por suerte tuve una cuota de inspiración y no sé como las contesté todas. ¿Chamullo? Sí, puede ser. Si al fin y al cabo la prueba era de desarrollo.

Al salir estaban casi todos los de mi colegio esperando y emprendimos el vuelo de regreso. Empezamos a comentar la prueba y en eso ellos comienzan a hablar de que el colegio tiene que mejorar física, que tienen que estudiar más, entre muchas otras cosas. A uno de éstos se le ocurre la idea de crear un “club de física”. ¿Por Dios? ¿Qué es eso?. ¡Querían hacer un club de física donde estudien y adelanten materia como vil fanáticos! ¿qué talibanes? ¿Qué fanáticos religiosos?. En mi propio colegio se estaba formando una grupo sectario de desquiciados pueriles. Fue en ese momento cuando caí en la histeria. ¿Cómo era posible que un grupo de adolescentes sobrecargados de horario ocupen su tiempo libre en estudiar aún más física? No, escapaba de mi pensamiento. Por dentro no sentía sino risa. Quería reírme ahí mismo, pero bien sabía que eran seis contra uno, incluida la profesora, y que con la presión existente en el auto bastaba con que uno de los seis ya enojados presionara la manilla de mi puerta para que no pudiera estar contando esto.

Pasado mañana tengo la segunda parte de las olimpiadas de física, donde tendremos una prueba de laboratorio. La verdad es que detesto todo lo que esté relacionado con laboratorio, en mi vida he tenido sólo una actividad y me saqué un 4. Las esperanzas no son muchas. Ya es un hecho que debido a esta situación estoy hurgueteando otras carreras universitarias. Si el viernes se repite la historia quizás decida no estudiar ingeniería civil y termine estudiando psicología, o al menos ingeniería comercial.

El próximo miércoles entregan los resultados, ahí veremos.

Francisco Miranda Holley

Texto agregado el 01-09-2004, y leído por 243 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
25-09-2004 ¡Oye a ti te he visto en el pre! Te cuento q yo tb escribo poesia y taba buscando una pagina acerca del tema me tope contigo ¿q coincidencia no?. Bueno hablando de esta cronica debo decir q me gusto k-leta, lo encontre muy bueno xq a medida q iba leyendo me podia imaginar lo q pasaba como si estuviera ahi... tb me dio muxa risa como lo del mino q no se sabia el nombre de sus compañeros y eso de los fanatikos de fisik... de verdad hay gente q se pasa... pero en fin. Encontre muy bkn tu cronik. Maria_paz
05-09-2004 mmmm, mi querido Francisco. Es ameno el relato, tiene partes graciosas, sobre todo lo del club de física (y concuerdo 100% contigo, simplemente NO SE PUEDE ser tan fanático). Creo que a pesar de lo ameno hay partes muy resbuscadas en donde no estás yendo al grano: la motivación no mermaba de mis adentros... en vez de decir: no fue mi idea. A eso voy. Hay que ser más simple, Francisco. Se puede convertir una anécdota en un relato interesante?? sí, se puede. Es difícil no quedarse en lo simplemente anecdótico, pero se puede. Comenzando por no querer hacer trascendente algo que no lo es. La clave es, en este caso: simplifica. No uses palabras sinónimas obsoletas, porque ridiculizas la narración. La clave de la originalidad y una narración potente no está sólo en la novedad del vocabulario, mucha veces es lo contrario. Piensa en eso. Pero me parece un esfuerzo interesante. Hay una parte en particular que está bien lograda. blanquita
01-09-2004 Buen texto, nada que decir. En otro plano da una vuelta por cualquier universidad estatal de chile, seguramente seran todas horribles para ti, y te advierto que allende vive en todas ellas (menos la catolica). serenata_diurna
01-09-2004 ¡Por Dios Mismo, esto es lo mejor que he leído en loscuentos.net! Bueno, quizá no, pero me ha dejado estúpido de impresión. Tiene algo que no sé cómo describir, pero que me hizo tan, pero tan, pero tan fácil la lectura, y lo maravilloso es que lo logró sin estar en un lenguaje simplón, ni por cerca. Es como si me deslizara por el relato, en medio de todísimo. Todavía no salgo de mi asombro; me ha gustado tantísimo. Ya voy a ver qué más tenés, pero si todo es como esto, desde ya te declaro un genio de las letras. Amigo -si me concedés del privilegio de llamarte así- gracias por este relato tan perfecto. Desleal
 
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