Niño que naciste
del ciprés y la tormenta
de tu destino alfarero,
artesano del amor
buscaste la luna
en su plenilunio
y el sol alumbró mis días,

en la ausencia fugaz de una nube nochera.

Anochece en rojo y blanco
cumbre y abismo 
valle de sombra,
nostalgia de ausencia,
se acopla la brisa
a la luz del lucero
desde el alma los sueños,
en noche sin luna,

romero silente sin verbo, sin fe.

Caminas sin prisa
disfrutas la noche
por calles y plazas
tu mente divaga
destino sin ruta
abandono sin nombre
te escucha el silencio
cerezos en flor,

presagio del alba, candela sin luz.

Irrumpe un jilguero
dorado de luz,
concierto de trinos
juglar del ocaso,
fulgor y destello
mirada serena
confluyen los astros
en noches dispersas,

sendero y destino, poema de amor.