Sin vocación de mando, ni ruleta, ni mapa, sin respuesta, ni trabajo ni juventud que destapa. De la vida se hizo cargo, Con sus pequeñas extremidades, Que aquí, que allá otro niño Con sus otras necesidades. Sin placer de detenerse En las calas o en los lirios Por sufrir de esa manera. De cuanta creación habida Nunca estuvo más perdida Que el día en que no supo quién era.
Texto agregado el 15-01-2015, y leído por 121 visitantes. (1 voto)