Pulcramente vestidos con sus mejores atuendos,
fueron llegando de visita los recuerdos pretéritos.
Me encontraron a gusto, sentado y en alpargatas.
Los precedía una inolvidable mirada verdeazulada,
seguida de un histórico viaje y un no dicho adiós.
Luego seguían calles y conversaciones nocturnas,
largas e interminables en un éxtasis de sinsentidos,
diluidas en unos mohines errados en tiempo y lugar.
Se mezclaban en ellos mentiras y tontos heroísmos,
amistades de papel, letras y nostalgias superadas.
Puntos suspensivos remplazaban algunos olvidos,
Y otras incertidumbres salidas de un viejo ropero
se pavoneaban en ambicioso querer contrariarme.
Sombras mentales de amores pasados de moda,
se ocultaban, vergonzosas de algunas entregas.
Una corbata quitada en algún momento de apuro,
se abochornaba de permanecer en mi memoria.
Todos venían de habitar un universo incompleto,
mudo, pero inevitablemente marcado por la vida.
Se sentaron frente a mí, casi encima de la mesa,
conversamos un rato sobre ellos, su vida y mi vida,
alguna que otra frase sobre el calentamiento global
y de pronto, salieron aburridos de soñar y sentir
que muchos de ellos, estaban por poco olvidados.
Contradicción de recuerdos que siguen presentes. |