Dos mundos parte 9

Partiendo de la realidad en la que vivía Isabela de no querer casarse por miedo a que le cortaran las alas como a su madre y que ya había compartido su espacio mucho tiempo y de que Ángel era un casanova sin experiencia alguna, las circunstancias eran las que tenían que unir a este par.
Isabela al ver que sus dos mejores amigos desaparecieron, su vida tuvo la necesidad de refugiarse en una mujer que tiene mucha historia pasada, muchos secretos que contar. La directora de la escuela tenía la responsabilidad de poner a una maestra nueva para cubrir a Noé que se fue el día que se casó. Llegó una maestra buena que consentía a sus alumnos. Para conocer a la nueva maestra, Isabela fue de lo más amable y para presentarse le llevó una caja de galletas finas.
-hola. Yo soy la maestra de sexto grado. – dijo Isabela.
-hola. Me llamo Isabela Montemayor.
-hola yo soy Brígida Texier.
-mucho gusto. – dijo Isabela
-te traje unas galletas. Espero que te gusten. – dijo Isabela.
-gracias. No tenías que traer esto.
-es un pequeño detalle.
-gracias. Se ven buenas.
-lo están. – le responde Isabela.
Y nació una bonita amistad entre las dos. Pero lo que ellas dos no sabían es que entre esa amistad se iba a desatar una gran batalla de amor y odio.
Los meses pasaron e Isabela ya no frecuentaba ese bar.
-papá. ¿Podemos hablar? – dijo Ángel.
-claro hijo ¿Qué pasa? - la expresión de Raúl fue de auténtica sorpresa. Ángel pocas veces hace esa pregunta.
-creo que…. Me estoy enamorando. – dijo Ángel.
-¿como? – dijo Raúl.
-si.
-¿y quién es la afortunada? – pregunta Raúl.
-Isabela
-ahora si me dejaste sorprendido.
-ella no sabe. Tal parece ella no tiene interés alguno en iniciar una relación con alguien.
-ella la ha pasado mal. Pero no pierdas la esperanza, sigue conquistándola. Sé que para ti no es fácil, pero sigue intentando, ella se tiene que dar cuenta de tus buenas intenciones.
-lo sé. Las barreras tan altas que ella construyó, no me permiten pasarlas y llegar a su corazón.
-calma hijo. Ten fe. – le dijo Raúl.
Continuara…