Me gustaría estar aunque sea en uno de tus despertares, degustando de tu presencia perfecta, respirando de tu piel mujer, abrazando tu contextura afable.
Los besos no los contaría porque pierden el sabor, las caricias no las interrumpirían porque da mala sensación y los abrazos no serían tales porque con uno es suficiente, para tener y no sepárame de ti, para adentrarme en tu mundo sin fin, para demostrarte que te puedo hacer feliz…