El verde selvático
se adentra en mis pulmones,
absorbido con fuerza,
sin vacilar.
El humo incensario me transporta
a un olimpo sin dioses,
donde la nada gime
el dolor perdido
y el vacío se llena
de Naturaleza en santidad.
Mil caladas que me embriagan,
mil caladas que me cercan
en un paraíso solidario,
de tierra ígnea y rocosa
de color chocolate.
Solo quiero ser papel
consumido en el éxtasis
de un verde selvático,
de un verde selvático
que podamos compartir.
Texto agregado el 01-09-2004, y leído por 141
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
07-09-2004
Alucinogena epopeya sobre las vicisitudes de la vida en la selva mariana. Excelente vision perversa y a la vez homogenea de la depresion post porro. smeagoll
01-09-2004
Lo que hace uno bueno no!, compartamos un verde selvático entonces y a crear!!!! arianna
01-09-2004
Quien cree que los porros aumentan la creatividad es un camello sirred
01-09-2004
"un olimpo sin dioses"
nosotros somos
los "antiheroes" de la poesia. kerouac
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