Estaba entre mis brazos casi desnuda, la delgada seda que apenas cubría su cuerpo dejaba traslucir la morbidez de sus formas. En el ambiente se escuchaba música armoniosa que inducía a la creatividad.
Ella abrió el compás de sus piernas al máximo. La elevé hasta que su pelvis quedó frente a mi boca. Busqué su centro de gravedad con mis pies aplomados al suelo y la hice girar.
Cuerpo con cuerpo en uno entrelazado nos deslizamos con ojos entornados en erótico lenguaje de un universo para los dos, hasta llegar al clímax… de aquella pieza de ballet que bailábamos extasiados.
Texto agregado el 07-01-2015, y leído por 495
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Lectores Opinan
07-01-2015
"el compàs de sus piernas" es un logro.Me gustò edu485