Hace tiempo que no te veía dormir tan tranquila,
que no veía la caída de aquella selva negra sobre tu desnudes,
¿Sabes?

Hace tiempo que mis manos no trazaban mapas en tu piel,
que no encontraba aquellos rincones oscuros,
puertas a nuevos mundos,
tu alma de papel.
Hace tiempo que no te contaba, lo mucho que te extraño de mañana y las confesiones a la hora del café.
De hecho creí que había olvidado aquel asunto tan anhelado,
recuerda:
el viaje por todo el continente en tren.
La verdad es que hace mucho que no me escuchas, que no me miras...

Sí tan sólo fuera la casa la que estuviera vacía;
Sí tan sólo en ella las arañas dedicaran el arte de su vida.
¡Pero no!
Tiene colores, momentos llenos de matices, cruje con alegría por su avanzada edad.
Entonces debe ser el aire, si debe ser eso.
Se ha vuelto irrespirable,
lapida de plomo que cae sobre la sombra,
su transparencia termino por convertirlo en nada.
¡Pero tampoco es el!
Silba,
juega con el pelo de una niña en medio de una avenida,
levanta la falda de aquella mujer al entrar en la cocina;
Es como un niño lleno de vida.
¿Será la luz?
Aquel ladrón de los secretos de la noche,
puntual verdugo de Artemisa,
delator de los amantes y suicidas.
¡Demonios!

¡Sí tan sólo fuera la casa la que estuviera vacía,
si solo fuera el aire el que se ha vuelto irrespirable, ojala fuera la luz de medio día!