leí un libro de la muerte... hablaban acerca de siete casos de pacientes en estado terminal... eran hermosos los temas pero sentí dentro de mí que ya lo sabía... aún así, me alegró volverlo a saber, sentir que lo sabía hace sentir que estoy en el sendero correcto...
un pariente muy amado llamó a decirme que estaba muriendo y que deseaba verme... era mi hermano... dejé todo cuanto hacía mientras el libro que leía cobraba vida propia... quise quemarlo, pero éste hablaba directo a mi conciencia... me dijo cosas hermosas... "es inevitable como el día y la noche, el cielo y la tierra, le mentira y la verdad...."... comprendí mientras lágrimas rebeldes y ardientes brotaban de mis ojos... era mi hermano...
llegué a su hogar y cuando abrí la puerta, esta sola se abrió... vivía solo, toda la vida vivió solo... "ven", escuché... caminé hasta llegar a su cuarto de lectura... entré y le vi leyendo un libro... "voy a morir muy pronto"... "tengo algo que decirte"... "toda la vida pensé que viviría por siempre y ahora sé que mi final esta cuando cierres la puerta... he gozado de todo, pero he cargado muchas culpas porque soy imperfecto... sonrío de la vida y siento que cuando no vuelva a despertar, estaré en paz..."... muchas cosas mas dijo mi hermano... habló de nosotros, de nuestros padres, hermanos, hijos y nietos... le escuchaba atentamente, pero dentro de mí había una lucha contra muerte... no la quería cerca de mí... aunque era inevitable... tanto o mas que la comida que ingiero en este instante... salí de su casa y cuando estaba subiendo al coche vi que toda su casa apagaba las luces... y dentro de mí sentí como si el aire se me iba, como si una carga saliera de mí... iba a parar, volver a ver a mi hermano, pero sentí que debía seguir adelante... de pronto escuché que el libro seguía contando historias de muerte...