No me hables de tolerancia,
si no estás dispuesto a escucharme,
no me hables de revoluciones,
sino estas dispuesto a cambiar tus propios paradigmas.

No me hables de paz,
sino crees en la igualdad,
no satanices la corrupción,
cuando compras cosas robadas.

No me hables de Derechos Humanos,
si consientes los derechos los monopolios,
no me hables de terrorismo,
si estas hipnotizado con CNN y tío Sam.

No me hables de cristianismo,
si recibes plata y doctrina de la fundación Rockefeller o similares,
no me hables de derecho,
cuando consientes las dictaduras.

No me digas ser amigo de la verdad,
sino quieres escucharla,
no me hables de libertad de pensamiento,
cuando censuras lo que leo.

No me hables de no ser religioso,
cuando discriminas a los hermanos separados,
no me hables de amor,
si vas a estar hablando y juzgando a tu prójimo.

No me hables de ser cristiano,
cuando eres usurero,
no me hables de ser justo,
sino estas dispuesto a dar la plomada.

No me hables de ser,
sino no quieres estar,
no me hables de música,
sino sabes escuchar a tu corazón.

No me hables de Sabiduría,
si lo primero que haces es negar a Dios,
no me hables de fanatismo,
cuando confundes la política con religión.
No me hables de Constantino,
sino vas a aceptar que hizo la apostasía por adecuación,
no me hables de parricidio,
sino sabes la historia de Constantino Sumo Sacerdote del Sol.

No me hables de Cristiandad,
cuando solo crees en el Dios que has creado,
no me hables de ser erudito,
cuando solo lees las cosas de un solo lado.

No hables de catolicismo,
si practicas ritos propios del paganismo,
por desconocimiento o tradición,
si abres los ojos es mejor, ahora hay mucha información.

No me hables de ser Cristiano,
si eres un traficante de fe,
un showman publicitario,
sin probidad e ilustración.

No me hables de ser Cristiano,
si crees en la opulencia para impresionar a los hermanos,
no me hables del Quijote,
si te hace falta la imaginación.

No me hables de amor,
sino conoces del perdón,
no me hables de compasión,
si crees que la limosna es la solución.

No juzgues a Otto Rene Castillo,
sino quieres acompañar a tu patria a caminar,
no me hables bien de la medicina natural,
cuando solo compras medicina occidental.

No me hables de poesía,
cuando no tienes sentimientos,
no me hables de Pepe Mujica,
sino crees en la rectitud, la humildad y la democracia.

No me hables de Cuba libre,
si asocias la libertad con el capitalismo,
no me hables de justicia social,
si no reconoces la soberanía del Estado Palestino.

No me hables de dialogar,
si vas a ser juez y parte,
no me hables de evolución,
cuando tu mismo retraes la revolución.

No te proclames ser libertario,
si te has casado con tus doctrinas,
cerrando las puertas al debate,
con prejuicios y ataduras.

En fin, no me hables de ser verbo,
cuando tu solo quieres ser sustantivo.