Era medio día en tiempos de canícula, había resolana secando la hierba y el aire cálido arrastraba abrojos de un lado a otro formando remolinos que esparcían el polvo por todos lados. Sentado en aquel promontorio lo encontraron con la boca abierta y labios resecos, ahí estaba mirando la lejanía sin ver nada.
El anciano dijo señalando con el dedo huesudo: —Por allí se los llevaron.
Luego agregó con el mismo ademan: —Por allí trajeron a mis hijos… ¡Muertos!
—Por allí deben regresar para cobrar venganza.
Entre el polvo surgieron las figuras de sus nietos, regresaban a cumplirle el deseo.
Texto agregado el 26-12-2014, y leído por 456
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Lectores Opinan
29-12-2014
Siempre tus textos poseen ese significado que provoca sensaciones tan profundas como lo es el tema sobre lo que escribes.
Con este me sucede eso y puedo imaginar lo que plasmas,el lugar caluroso y esos remolinos de tierra seca que tantas veces he podido contemplar.
Admiro tu decir amigo*****
Un abrazo
Victoria 6236013