Tu cuerpo he recorrido en nombre mío y sus miradas. Es un dulce arrecife donde puedo sumergir la más ilógica de mis metáforas por que posees ese encanto siberiano y desolado para encubrirme en sus pliegues de tibio aroma lleno. En los noviembres plañideros, tu calor es un remanso de paz en el cual
podría invernar hasta el inicio de nuestros días, es hermoso cuando puedo ver esto a través de tu tus ojos, en la incertidumbre de las mariposas que zumban en los laberintos estomacales. Ah…de la vida, qué sería sin tu cuerpo como el invierno a las cavernas. Me introduzco en el más afín de tus pensamientos para crepitar con lo latidos de tu corazón sublime de gemidos en el acto…en el acto de sentir un sólo aroma que desprende la mañana cual fecunda un nuevo día; diosa abderitana colmada de sensuales y acicaladas ternuras. Es tu Monte de Venus un altar de sacrificios a la diosa del amor… y crepitan tus labios mayores en limbos abisales del placer.
Soy un dipsómano de ti.
Texto agregado el 23-12-2014, y leído por 217
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Lectores Opinan
14-01-2015
Vine a leerte nuevamente y te digo de verdad que tus palabras estremecen.
Es muy bello tu decir.
Victoria 6236013
13-01-2015
viste? el amor existe yosoyasi-
29-12-2014
Esos despertares llenos de amor son los que nos hacen afrontar el día con una sonrisa. Me gustó. Un saludo. currilla-
27-12-2014
Muuuuuuuuuy sensual y poético. Me encantó. Un abrazo, amigo. SOFIAMA
24-12-2014
Es bellísimo tu texto,lo leo y lo leo*****
Un abrazo
Victoria 6236013