Es tan linda su mirada, esta tarde todo parece combinar más que bien. Me gustan las fiestas al aire libre, sobre todo cuando el cielo se va poniendo rosado atrás de los pinos como ahora. Sacaron las sillas al patio y ella está sentada casi frente mio. A veces me dedica una mirada a la distancia que me obliga a una inclinada pleitesía. Para colmo alguien hace sonar su música preferida. Yo sé, esa es la música preferida de Raquel, por eso mueve los pies y me mira, puedo jurar que me mira. Una invitación. Ella quiere bailar conmigo. Y está tan linda. Su vestido de flores, la vincha que le despeja la frente. Esta tiene que ser la tarde. También me digo que es tan fácil soñar, sin cerrar los ojos soñar mientras espero el tren que me lleve a la fiesta, después el viaje de veinte minutos en colectivo. Entrar, saludar a los amigos. Tocará colaborar con los vasos, con los platos, sentarme al aire libre viendo como la tarde se va poniendo rosada atrás de los pinos, y escuchar la música preferida de Raquel, esperando que de un momento a otro llegue a la fiesta. Quizá aparezca con su vestido de flores, y tal vez con la vincha que le descubre la frente hermosa que tiene.

.....