Cayeron, como suspiros,
cien gotas de lluvia salada.
Dime Ángel guardián,
¿sentiste sobre tu espalda
arañazos y mentiras?
Claro que no lo notasté
porque mi Luna si sale no engaña,
tan solo se deja observar.
El aire de mi dolido pecho
revuelve cristales rotos.
No soy tu endiablado universo
porque cuando sale tu Sol
alumbra como una furcia
a quien te pide calor.
Y entre criaturas de hielo
tan solo se alzó un murmullo.
Texto agregado el 20-12-2014, y leído por 88
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Lectores Opinan
23-12-2014
Transmites algo muy especial con cada frase. Muy buen poema. 5* Nyarlathotep
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