Cada vez que intento aullar, el eco de la soledad retorna a mis cansados oídos. No puedo andar más en estas patas: no me obedecen como lo hicieron algún día. Siento un dolor en el pecho que me atormente durante las noches solitarias y no entiendo el porqué.

Intento olvidar aullando a la soledad de la noche, pero es como una mordida fatal en la yugular; sin embargo, no hay herida física alguna. Siento que algo falta, que hay un agujero en mis dias de caza y de noches sin sueño; pero no sé qué es lo que es. ¿Será tu ausencia lo que le falta al alma de este lobo sin rumbo?

Una partida imprevista durante un dia soleado, una mala decisión entre los arbustos en una tarde cualquiera.

La culpa me atormenta y no me deja descansar; el saber que nunca mas podré aullar contigo a mi lado, que jamas podre encontrarte sin importar cuánto busque.
Solo me queda aullar, aunque duela en lo más profundo de mi ser, para que algún dia me escuches desde lo más alto y puedas regresar a mí aunque sea por una noche.