Y sé muy bien que no estarás
No estarás aquí, no estarás allá
No estarás los viernes por la noche
Ni en el calor de las copas
Ni en el ardor de carcajadas
No estarás en mi teléfono llamando, para acariciarme con tu risa
Ni para echarme en cara un olvido inexcusable
No estarás en la cobija que dejaste oliendo a ti
Ni en la almohada que me reclama al oído tu ausencia
No estarás en mis palabras cuando hable de amor
Ni en las cartas que se escriben con lagrimas
No estarás en mis sueños ni en mis pesadillas
No estarás en la banca de un parque esperando por mí
Ni en la amarilla luz que se escurre de las lámparas
Me pararé en la esquina a la que no vendrás y me iré detrás del olor de un perfume cualquiera
Diré lo que se dice con palabras
Hablaré lo que se habla con las manos
Odiaré lo que se odia con ganas y sé muy bien que no estarás.
Ni aquí dentro, la cárcel donde aún te retengo
Ni allá fuera; mar de calles y tragedias.
Definitivamente no estarás para nada
Ni para un último beso
Ni para otra primera vez
No serás ni recuerdo ni ausencia
Y cuando piense en ti, pensaré un pensamiento que no se acuerde de ti
No estarás en mi rutina
Ni en mi licuado de manzana
Ni en el hasta mañana de costumbre
No estarás en las fotografías de mi memoria; fragmentos de recuerdo de los días inquietos
Ni en los destellos que encandilan el alma
No estarás a media noche cabalgando nuestros sueños
Ni en la lluvia que desgasta el pavimento
Ni en los besos fraudulentos que reparta por ahí
No estarás… pero todo estará bien
Seré un farsante que promete amor por no estar sólo, para calmar las ganas de hacerte regresar.
Texto agregado el 16-12-2014, y leído por 153
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