Dos mundos parte 7

Carmina salió del hospital y se fue a vivir con su hermana Constanza quien la recibió muy bien junto a su familia.
Todo en la vida iba bien para Isabela hasta que sus dos mejores amigos se casaron y se fueron a vivir con sus esposas y ya no tenían vida social solo vivían para ellas. Viviendo sola metida en el trabajo, se sentía realmente sola. Frecuentaba un bar en la zona caimán. Zona conocida por tener bares, antros y hoteles para pasarla bien un rato. Después de trabajar, Bruno invitó a Ángel a tomar unos tragos para despejar la mente un rato. En ese mismo lugar se encontraba Isabela también tomándose unos tragos para olvidar sus problemas. Y así fueron tres meses en los que Ángel frecuentaba el mismo bar que Isabela visitaba. Y fue entonces que una noche Ángel se animó a romper el hielo.
-hola. Me das un Cosmopolitan. – dijo Ángel al barman.
-¿algo más? – le pregunta el mismo barman a Isabela.
-me das una margarita.
-claro – dijo el barman. Ella tomó su bebida y se fue a otra mesa lejos de la barra. Pasada una hora Isabela se acercó a la barra para pagar sus tragos.
-¿cuánto te debo? – pregunta ella
-nada – responde el barman.
-¿Cómo? – pregunta confundida.
-el joven de aquella pagó su cuenta.
-¿quien? – preguntó ella girando la cabeza.
-el flaco de la esquina. – dice el barman
-ya veo. Gracias.
-por nada.
-¿así te disculpas? – pregunta ella.
-¿quieres algo más? Pregunta el algo nervioso.
-no. Con esto tengo. Creo que ya bebí demasiado. – respondió ella.
-¿tres margaritas? – le pregunta Ángel con sarcasmo.
-¿me las estas contando? – le pregunta Isabela algo ebria.
-no. Solo era para charlar. – dijo de nuevo el nervioso casanova.
-está bien.
-quiero pedirte disculpas. Perdón por actitud. Creo que me porte como un idiota.
-si. – dice ella.
-¿como? – pregunta el ante irónica respuesta.
-si acepto tus disculpas. Y también actuaste como un idiota. ¿Así eres con las mujeres? ¿O nada más conmigo?
-no soy muy social. – se defiende Ángel.
-si, ya lo sabía. Tu papá me lo contó.
-hablas con mi…
-oye no pienses mal.
-no para nada. A lo que voy es que ¿hablas con mi papá de mí?
-solo una vez. Me voy.
-si quieres…
-no olvídalo. – ella tomó sus cosas y se fue.
Días más tarde en el bar hubo una fiesta con motivo de los 20 años del bar en la que se regalaron más tragos que ostias en la misa de gallo de la catedral el 31 de diciembre. Isabela tomó de más pero llegó Ángel para salvarla.

Continuara…