¿Por qué ahogan tus ojos
un sentimiento de culpa,
y enmudeces tu sonrisa
apagando el brillo de tu cara?
¿Por qué cargas un lamento
reflejando tus ojos la angustia
que asfixia y desgarra
tu cuerpo –lentamente-,
como una muerte condenada?
Y abres tus ojos
que penetran profundo
como rayos incandescentes;
un látigo en la carne fresca
que derrama una lucha malgastada
Tu pelo se ha oscurecido
y tu boca me desconoce,
los latidos se acrecientan
como una manada en sed,
buscando resucitar aquello
que despertaba brasas extintas
Tus manos,
frescura que acariciaba mi cuerpo,
yacen inmóviles,
atrofiadas por tus actos,
que ahora miro con nostalgia:
recuerdos de primavera
Mis sueños te abrazan
cálidos como un niño,
apretando tu corazón a mi pecho,
inundado de tu esencia,
fragancia que se torna presente
como un eco inmortal
Casi extinto,
las piernas me sientan frágiles,
la cabeza tartamudea
y mis manos,
mis manos buscan compañía
en su soledad
Algo ha cambiado,
mis oídos ensordecen
y busco esa mirada,
sentir que no estoy muriendo
Ahora te veo lejana,
caen las primeras gotas
de mi destino no admitido,
como si el tiempo se detuviera
volviendo a nacer glorioso,
-He aquí tu amada-
clamo tus labios pronuncien,
pero han cesado mudos,
es tiempo de despertar. |