¡¡Cristo ha vuelto!!

—Bendígame padre, porque he pecado.
—El Señor esté en tu corazón para que te puedas arrepentir y confesar humildemente tus pecados.
—Mi última confesión, no fue hace mucho padre, usted lo sabe. Pido perdón a Dios de todo corazón. Señor, Tú lo sabes todo; Tú sabes que te amo. Me acuso también de todos aquellos pecados de los que no me acuerdo...
—Niña, ya te lo he dicho muchas veces, amar a Jesús en sentido bíblico y espiritual, está bien, pero no de la forma en que tú le amas, es pecado criatura...
—Padre, no como, no duermo, mis pensamientos son todos para él, sueño con él, me levanto con él, en mi mente no hay sitio para nadie más, Padre... ¡¡Jesús, Hijo de Dios, apiádate de mí, que soy una pecadora!!
—¡Criatura! No es eso, no aprendes...
—Imposible, Padre, desde que volvió, le persigo a todas partes, bebo de su sabiduría, me alimento de sus enseñanzas, deseo tocarle, deseo amarle como una mujer, deseo morirme a su lado, compartir su lecho, sus alegrías y sus tristezas. Padre, me muero por dentro...
—¡Hija mía! Te aconsejo la reconciliación con Dios y con la Iglesia, la recuperación de la gracia santificante, el aumento de tu fuerza espiritual para caminar hacia la perfección, la paz, la serenidad, de esa manera conseguirás la consolación del espíritu.
—Lo intentaré Padre, lo prometo y cumpliré con el consejo dado...
—Yo, extiendo mis manos sobre tu cabeza y te digo que: Dios, Padre misericordioso, que reconcilió consigo al mundo por la muerte y la resurrección de su Hijo y derramó el Espíritu Santo para la remisión de los pecados, te conceda, por el ministerio de la Iglesia, el perdón y la paz, te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
—Amén... Padre.
—La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, la intercesión de la Bienaventurada Virgen María y de todos los santos, el bien que hagas y el mal que puedas sufrir, te sirvan como remedio de tus pecados, aumento de gracia y premio de vida eterna.

—Ahora padre, que ya me absolvió, continuemos con sus enseñanzas...
—Sigamos hija mía... despacio, que ya sabes que ya soy algo mayor... así ummm! Qué rico, qué bien lo haces... eres la mejor, verás cuando tengas la oportunidad. Jesús, no se escapará. Aprendes rápido y mejoras por momentos, hija mía...
—¿De verdad padre, piensa Usted qué seré la mejor?
—Por supuesto chiquilla, no hay Dios que se te resistirá... aaahhhhhhhhhhhhh ya no aguanto más pequeña, me voy...
—Tranquilo Padre, será inolvidable, se lo prometo...
— ¡Aghgggggh! ¡¡Condenada ramera...!! ¡¡Socorro!!
— ¡Mmmm! No sabía que su pene supiera tan bien, Padre...
—¡¡Asesina!! Me desangro... argh... argh...
—Jijiji... Jijiji... ¿Qué le pasa Padre, perdió color? ¿Ahora, ya no podrá dar misa? ¿Qué va hacer? ¿Entrará en el cielo sin pene? ¿Sabe una cosa Padre? Si Jesús ha vuelto, yo hace miles de años que estoy aquí y de la misma forma que acabó la ultima vez, así acabará ahora... ya me encargaré de qué así sea. Amén...

Fin.
J.M.Martínez pedrós.